MSA+A

El conjunto UA13 se plantea como un bloque plegado de grueso matizadamente variable desarrollado fundamentalmente en planta baja y nueve pisos. Esta configuración lineal y continua del frente de la avenida Diagonal a lo largo de dos manzanas, entre las calles Fluvià y Selva de Mar, singulariza la escala de la intervención y la pone en relación con otras piezas de dimensión notable que caracterizan este sector de ciudad.

El edificio se desalinea del frente a la Diagonal adelantando la rotura de la fachada norte de la avenida. El pliegue y la pérdida de alineación de los edificios permiten ampliar la anchura libre de la sección de la avenida, propiciando entradas de luz y de sol imposibles de obtener con su sección habitual.

Los espacios verdes públicos, que el planeamiento preveía que se situaran en el interior de las manzanas casi cerradas por la edificación perimetral, se incorporan en los recorridos peatonales, que atraviesan la cinta edificada, produciendo una secuencia de espacios abiertos cualificados por los diferentes episodios de la edificación. En las dos manzanas, los porches dan acceso y garantizan la continuidad de los espacios libres públicos.

En la esquina con la calle Fluvià, el edificio incrementa su altura a planta baja más dieciséis pisos y, finalmente, a planta baja más diecinueve pisos, volumetría que se relaciona con la de la torre próxima de la UA10, de 86,00 m de altura, y con el edificio de vivienda social situado al otro lado de la calle. El crecimiento en altura se produce por estratificación de las bandas destinadas a vivienda y configura la fachada a la avenida Diagonal como un frente a base de planos superpuestos.

El edificio se organiza en tramos de corredor central de diferente longitud accesibles desde núcleos de escalera y ascensores. Estos corredores dan acceso a las viviendas que se producen a ambos lados, orientadas a una u otra fachada. Estas viviendas –de poca superficie, con programas de uno, dos o tres dormitorios– responden prácticamente a una única tipología y ocupan siempre el mismo grueso edificado. En los tramos del bloque con acceso desde el corredor central, el grueso se incrementa contribuyendo a dar a la planta un aspecto más vivo, que se materializa en la percepción de una cierta descomposición del volumen total edificado en piezas a escala más adecuada para lecturas próximas.

Las fachadas del conjunto edificado están cualificadas en primer lugar por la propia configuración volumétrica. A la vez que se puede percibir como un conjunto unitario, los diferentes episodios –cambios de grueso, cambios de altura, porches...– facilitan también una lectura fragmentada en piezas de varios tamaños que, al producirse en diferentes orientaciones, reciben el sol y la luz con diferentes matices.

Se propone un tratamiento unitario para toda la fachada, resuelto con un sistema de ventanas balconeras y paños de fachada ciega realizados con tecnología de fachada ventilada construida totalmente en seco. Sobre esta tensa fachada se proyecta un sistema de terrazas en voladizo, con barandillas prefabricadas de hormigón.